Ano de producción: 1997;
Dirección:Robert Zemeckis;
Guión: James V. Hart e Michael Goldenberg, sobre a novela de Carl Sagan (argumento de Carl Sagan e Ann Druyan);
Productores: Robert Zemeckis e Steve Starkey;
Música orixinal: Alan Silvestri;
Fotografía: Don Burgesss;
Montaxe: Arthur Schmidt;
Deseño de producción: Ed Verreaux;
Dirección artística: Bruce Crone e Lawrence A. Hubbs;
Decorados: Michael Taylor;
Vestuario: Joanna Johnston. Reparto: Jodie Foster (Ellie Arroway), Mathew McConaughey (Palmer Joss), David Morse (Ted Arroway), William Fichtner (Kent), Tom Skerrit (David Drumlin), James Woods (Michael Kitz), Angela Bassett (Rachel Constantine), John Hurt (S. R. Hadden), Rob Lowe (Richard Rank), Jena Malone (Xove Ellie), Jay Leno, Larry King, Ann Druyan.
Cuando estrenaron "Contact" en el cine fui en masa con los compañeros de la asociación astrómica para verla. Los primeros tres minutos de la película, el emocionante viaje a través del cosmos, valían por si mismos el coste de la entrada. Tres minutos de belleza impagable que nos lleva a un viaje por el espacio y por el tiempo, desde la Tierra al infinito. Paradas en el Cinturón de Kuiper, la Nebulosa del Águila, la Vía Láctea y los supercúmulos galácticos. En el mismo tiempo que transcurre este viaje visual el universo pasó de la Nada a ser una sopa de hidrógeno y helio. Al finalizar el viaje volvemos a encontrarnos en la Tierra con una de las formas más complejas del universo: un ser vivo... una mujer: Ellie.
"Contact" es una de tantas recreaciones imaginadas de cómo ocurriría un primer contacto con una civilización extraterrestre. Hacía muy pocos meses que Carl Sagan había fallecido y la película se presentaba como un homenaje póstumo a su obra, en especial a la novela homónima. La película -más allá de sus primeros tres minutos- tiene momentos memorables, y creo que es una buena adaptación del libro para el público general, aunque descafeinado para los más puristas.
El personaje protagonista (inspirado en Jill Tarter) es Ellie Arroway, un niña inteligente pero traumatizada por la muerte prematura de sus padres. Interpretada por una genial Jodie Foster, Ellie se refugia en la ciencia y se especializa en un campo que, a decir de los ortodoxos, no tiene futuro: SETI, la búsqueda de inteligencia extraterrestre. Hay muchos personajes inolvidables, aparte de Ellie, aunque pocos de ellos consiguen relevancia: el malvado y ambicioso científico David Drumlin, que quiere poder a costa de trepar por la joroba de Ellie; el filántropo y enigmático S. R. Hadden, que subvenciona las investigaciones de Ellie (según cuentan las malas lenguas, estaría inspirado en Arthur C. Clarke); el científico invidente Kent...
Entre todos ellos destaca Palmer Joss, el "sacerdote sin sotana". Se utiliza este personaje, a través de su relación sentimental con Ellie, para plantear un debate entre la compatibilidad de la fe y el cientifismo -entre Palmer y Ellie- que es el principal hilo conductor de la película. Supone, sin duda, el punto más irritante para los puristas.
El punto culminante de la película, acompañada de una estupenda banda sonora, es sin duda el viaje al centro de la galaxia. Tras años de construcción, billones de dólares de inversión y un ataque de integristas religiosos, Ellie utiliza “La Máquina” para crear un agujero de gusano (concepto que el cosmólogo Kip Thorne desarrolló específicamente para la novela) y llegar hasta Vega. De ahí saltamos al centro de la galaxia y vemos a los extraterrestres comunicándose a través de la imagen del padre de Ellie. ¡Cuánto daríamos por estar en su pellejo!
«Sois una especie interesante. Una mezcla interesante. Capaces de los sueños más hermosos y de las más horribles pesadillas. Os sentís tan perdidos, aislados, tan solos. Pero no lo estáis. Verás. A lo largo de nuestra búsqueda, el vacío se ha hecho soportable porque nos tenemos los unos a los otros».
La conversación es breve y Ellie regresa a la Tierra. Sin pruebas de su viaje, se ha de enfrentar a una comisión de investigación. Debemos -y queremos- creer que Ellie viajó entre las estrellas. Ante el jurado, la científica tiene fe en algo superior a nosotros. Ciencia y religión encuentran un punto en común... Desde luego, no es el mejor de los finales posibles. Aún así, es una de las pocas películas que tratan con respeto y reflejan bien el espíritu científico y que inspiran al público a conocer más sobre el lenguaje de la ciencia, los viajes interestelares, el universo y la vida (algo que consigue con mucho más vigor que la novela).
En resumen, lo mejor que podemos extraer de "Contact" es la invitación al debate: ¿opina el creyente que su fue es compatible con la realidad del universo? ¿cree el ateo que su visión del mundo es representante de la humanidad? ¿cual es nuestra posición en el universo? Si prestamos atención al guión, vemos a Sagan en estado puro: ¿realmente es una pérdida de tiempo y dinero el proyecto SETI? ¿quién debe hablar en nombre de la Tierra? ¿sobreviviremos a nuestra adolescencia tecnológica? Y aún más: ¿el espacio está realmente desaprovechado si no está repleto de civilizaciones inteligentes? ¿Acaso no nos hace esto más importantes y responsables no solo de nuestro futuro, sino de la vida de nuestro planeta?
Sólo se me ocurre una propuesta tan estupenda como disfrutar con "Contact": hacer como hace Ellie Arroway al final del film, y sentarnos junto a nuestro telescopio, bajo el cielo estrellado, para reflexionar sobre estas cuestiones.
Víctor R. Ruiz
cuaderno de bitácora
Miren, non lles vou mentir: detesto a Robert Zemeckis. Si, si, el: o oscarizado director de
Forrest Gump, esa odiosa estupidez creada para colmar espíritos facilóns, ou o de
Cast Away, a soporífera odisea dun náufrago feita a maior gloria de Tom Hanks e a FedEx, por non falar xa dese bodrio chamado
What lies beneath, cunha Michelle Pfeiffer definitivamente perdida para isto do cine e un Harrison Ford que parece decidido a seguir por ese mesmo camiño. O peor de
Contact, de feito, podería ser Robert Zemeckis, de non ser porque ese posto de honor está ocupado por Mathew McConaughey, un actor pésimo que demostra en filmes como este que cando se esforza pode chegar a ser verdadeiramente nefasto.
Nada diso importa, a fin de contas. Porque
Contact parte dunha novela e dun guión de enorme calidade e que gaña no recordo; é unha obra suxerente, aberta a multitude de reflexións que acompañan ao espectador durante días. Ademais, é imposíbel non deixarse arrastrar polo entusiasmo que transmite a apaixoada interpretación de Jodie Foster, sen dúbida a Ellie ideal. Non sei de ningunha outra actriz americana que puidera resultar críbel nese papel de científica que quere saber, ningunha como ela podería outorgarlle ao seu personaxe a enerxía e a vulnerabilidade que esixe, ás veces de xeito simultáneo. Ela é o mellor dun filme que nin sequera Robert Zemeckis foi quen a estropear. Ela, e John Hurt, claro.
Martin Pawley
Agrupación Astronómica Coruñesa Io
Es posible que en los diálogos entre Palmer y Ellie se encuentre la parte más jugosa de la película. Lo que sucede es que a Sagan le ocurría lo mismo que a mí cuando me aburría de pequeño y no encontraba compañero para jugar al ajedrez, que no tenía más remedio que acabar jugando contra mí mismo; antes de comenzar, prometía tratar por igual a los dos bandos, pero en cada turno, y en lo más profundo de mis pensamientos, yo jugaba siempre con las negras; por favor, les ruego que no saquen esta frase de contexto.
Sagan dedicó mucho de su valioso tiempo a la enseñanza de lo que él consideraba la forma correcta de enfrentarnos a nuestro entorno (planetas, nebulosas, escarabajos, piedras cayendo y cosas así), tanto al conocido como al desconocido. Creía en el pensamiento racional y crítico por encima de cualquier mito o verdad no contrastable. Así, son famosas sus declaraciones cuestionando temas como el fenómeno OVNI, la reencarnación, los horóscopos, las pulseras de cobre para el reuma (supongo), y muchas otras sobre creencias populares de gran calado, aún hoy, en nuestra sociedad.
Desde su muerte, las cosas no han cambiado demasiado, quizás hayan empeorado; hay estadísticas que indican que cerca del cincuenta por ciento (y subiendo) de los americanos, supongo y espero que algo menos en Europa, están convencidos de que fenómenos como la telequinesia, la quiromancia, la comunicación con los muertos y los presupuestos justos en los talleres de reparación de vehículos son cosas tan ciertas como que el período de un péndulo simple es T=2pi((L/g)^(1/2)), donde L es el largo del péndulo y g es.... aparte de eso... g es la aceleración producida por la gravedad.
Naturalmente que yo no me sé de memoria la fórmula del período del péndulo, pero me han dado herramientas (la de g) para que si desconfío lo verifique por mi mismo, y si desconfío más, para que investigue hasta las bases de la suma y de la multiplicación. Si les soy sincero, prefiero no hacerlo, me lo creo; dominar la ciencia, su lenguaje y sus técnicas no es fácil, sabemos que en ella no caben opiniones ni creencias que sean aplicables por encima del hecho científico. También sabemos que la ciencia no lo explica todo, pero ¿es que tanto nos cuesta sabernos limitados? ¿No es maravilloso encontrarse en el camino de lo que queda por descubrir?
A estas alturas mis compañeros de folio les habrán puesto al corriente de la genialidad perpetrada por Zemeckis. La película es de sobresaliente, en comunión perfecta con los dos puntos que Sagan reflejó en su maravilloso guión. El primero es mostrar casi a modo de documental cómo son estas dos formas de enfrentarse a la vida, desde el punto de vista científico y desde el espiritual. El segundo, cómo sería y la repercusión que tendría su tan anhelado contacto. Yo lo imagino fascinante, cuántos cientos de preguntas que hacernos antes de encontrarlos y cuantos millones después. Quizá, mientras tanto, mientras no vienen, o mientras no vamos a por ellos, sería bueno que comenzásemos realizando algunos ejercicios previos; en cualquier manual de autoayuda encontrarán las claves para empezar a establecer contacto con el vecino, con el compañero del trabajo y con los elementos más perturbadores de su familia. Los libros de Lorenz les ayudarán a entrar en contacto con los otros compañeros de viaje, los animales (aparte de los mencionados anteriormente). También, y siempre a modo de ejercicio, cualquier manual sobre ecología les ayudará a preparar el contacto con los geranios y demás parientes lejanos. Vernos cerca de nuestros compañeros de viaje hace más fácil asumir un contacto con otros barrios de la galaxia; en nuestra intimidad somos demasiado parecidos, demasiado como para creernos distintos.
Siempre terminamos con una cita. Sagan era un fanático de ellas; les dejo con una de entre las muchas que aparecen en su novela
Contact:
Mira y recuerda. Considera este cielo;
Mira profundamente en este aire translúcido,
Lo ilimitado, el fin de la plegaria.
Habla ahora, y habla dentro de la bóveda sagrada.
¿Qué oyes?¿Qué respondió el cielo?
Los cielos están ocupados, este no es tu hogar.
(Kart Jay Shapiro)
Juan Carlos González
Agrupación Astronómica Coruñesa Io
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